Hacia una Criminología Contemporánea
Hacia
una Criminología Contemporánea
La criminología contemporánea se enfrenta
a la necesidad de superar los enfoques tradicionales que durante mucho tiempo
dominaron el estudio del crimen. Durante décadas, la disciplina estuvo
fuertemente influenciada por teorías reduccionistas que vinculaban el
comportamiento delictivo principalmente a factores biológicos o psicológicos.
Estas teorías, aunque útiles en su momento, no lograban explicar adecuadamente
la complejidad del fenómeno criminal.
En este sentido, la criminología
contemporánea debe liberarse de estos enfoques limitados y adoptar una visión
más holística que reconozca las múltiples dimensiones del delito. El crimen no
puede entenderse únicamente a través de factores individuales; es crucial
considerar también las estructuras sociales, las dinámicas de poder y las
desigualdades sociales que influyen en la comisión de delitos. Las teorías
sociológicas y críticas, como las de Émile Durkheim, Michel Foucault o las
posturas feministas y decoloniales, brindan herramientas para comprender cómo
las estructuras sociales, políticas y económicas contribuyen a la criminalidad
y perpetúan las opresiones sistemáticas. (Ordaz Hernández &
Figueroa Castellanos, 2017)
La criminología contemporánea también debe
abandonar el aislamiento de los enfoques unidimensionales y avanzar hacia un
enfoque multidisciplinario. Los fenómenos criminales no pueden comprenderse
adecuadamente desde una sola disciplina, ya que involucran aspectos sociales,
psicológicos, legales, tecnológicos y éticos. Por ello, es esencial que los
criminólogos colaboren estrechamente con otros profesionales, como sociólogos,
psicólogos, abogados, tecnólogos y expertos en derechos humanos. Esta colaboración
permite desarrollar respuestas más completas y matizadas a los problemas
criminales, permitiendo que se aborden no solo los aspectos legales del crimen,
sino también los factores sociales y emocionales que influyen en su aparición y
propagación.
La inteligencia artificial, la analítica
de datos y otras tecnologías emergentes ofrecen herramientas poderosas que
pueden mejorar la capacidad de los criminólogos para entender los patrones de
criminalidad, predecir delitos y abordar eficazmente las nuevas amenazas, como
el cibercrimen o el crimen organizado transnacional.
Otro cambio fundamental en la criminología
contemporánea debe ser la transición de un modelo punitivo hacia uno
preventivo. Durante muchos años, la respuesta principal al crimen se basó en el
castigo y la retribución. Sin embargo, este enfoque ha demostrado ser
insuficiente para reducir la criminalidad a largo plazo. En lugar de centrarse
exclusivamente en la condena, la criminología contemporánea debe poner énfasis
en políticas que aborden las causas estructurales de la criminalidad, como la
pobreza, la desigualdad educativa y la falta de oportunidades laborales. La
prevención debe ser una prioridad, y esto se logra principalmente a través de
la educación y la inclusión social. (Ordaz Hernández & Figueroa
Castellanos, 2017)
Programas educativos y de capacitación
para jóvenes en situación de vulnerabilidad, junto con la creación de
comunidades resilientes, son elementos esenciales para reducir la reincidencia
y promover un sentido de responsabilidad y pertenencia. Además, la justicia
restaurativa debe ser promovida como un medio para sanar tanto a las víctimas
como a los ofensores, enfocándose en la reparación del daño y en la
reintegración de los delincuentes en la sociedad. Este enfoque no solo busca
castigar, sino también transformar las condiciones sociales que favorecen el
crimen y promover el cambio positivo tanto en el individuo como en la
comunidad.
Finalmente, la criminología contemporánea
debe ser más inclusiva y flexible para adaptarse a los cambios sociales,
culturales y tecnológicos que marcan nuestra era. Las sociedades actuales son
cada vez más diversas, globalizadas y tecnológicas, lo que exige que la
criminología no solo se ocupe de las formas tradicionales de criminalidad, sino
también de los nuevos fenómenos derivados de la tecnología, la globalización y
las injusticias sociales. La criminología debe contribuir a la construcción de
una sociedad más justa y equitativa, en la que se promueva una verdadera
justicia social, se respeten los derechos humanos y se logre una reducción
efectiva de la criminalidad a través de la prevención, la rehabilitación y la
reintegración social.
Por lo
tanto, la criminología contemporánea debe evolucionar para ser más inclusiva,
ética y multidisciplinaria. Solo a través de un enfoque flexible y comprensivo
podrá abordar los nuevos desafíos del crimen, al mismo tiempo que contribuirá a
la construcción de un sistema de justicia más justo, efectivo y orientado a la
paz social.
Referencias
YouTube. (S. F.). Recuperado De https://www.youtube.com/watch?v=_ZhZ1CHo4rE
Ordaz Hernández, D., & Figueroa
Castellanos, J. (2017). Hacia Una Criminología Contemporánea.
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